Estudiantes que no viven en Cal Lutheran

Cesar Almanza, Reportero

El 48 por ciento de estudiantes que asisten a la Universidad Luterana de California no tienen la oportunidad de residir en los dormitorios de la escuela.

  Los estudiantes que recorren las autopistas por las mañanas para llegar a clases no tienen la misma conexión que tienen los residen en Cal Lutheran. Estos estudiantes tienen que hacer un esfuerzo más grande para poder estar conectados a lo que está sucediendo en la universidad.

No tienen el privilegio de estar en Cal Lutheran las 24 horas del día para asimilarse a la vida de la universidad. Los estudiantes que no viven en la universidad tienen que encontrar maneras diferentes para poder asimilarse de forma adecuada.

Stephanie Figueroa, estudiante de Cal Lutheran, tiene que viajar tres veces por semana, su mamá se encarga de transportarla a la Universidad. Figueroa vive en North Hollywood y se tarda entre 45 minutos a 1 hora en llegar a Cal Lutheran dependiendo del tráfico. Figueroa decidió no quedarse en los dormitorios porque ella extrañaría su hogar y además así ahorra dinero.

Para poder acoplarse a la escuela ella forma parte del gobierno estudiantil como senadora que representa a los estudiantes que no viven en la universidad. Figueroa es la primera en su familia en asistir la universidad.

Figueroa aconseja a los estudiantes que no residen en Cal Lutheran que estén al pendiente de lo que se publica en el HUB. El HUB es una plataforma donde los estudiantes se enteran de eventos que están sucediendo en el campus de Cal Lutheran

Figueroa también se siente cómoda estando en el centro de compromiso e inclusión cultural ubicado en el segundo piso del edificio llamado Unión Estudiantil. Figueroa considera el edificio como la casa para los estudiantes que no residen en el campus y que viajan de su casa a la universidad diariamente. Figueroa expresa que hay muchos sillones donde los estudiantes pueden estar cómodos y también hay cuartos para estudiar solo o en grupo.

Guisselle Martínez, estudiante de Cal Lutheran dijo que se le “hace un poco pesado” ya que “es [su] primer año teniendo que manejar tanta distancia.”

Martínez tiene amigos en el campus que le abren las puertas a sus dormitorios para poder estudiar y también tomar siestas si es necesario. Martínez viaja a la universidad desde Ojai le toma de 40 minutos a una hora y media dependiendo del tráfico.

Martínez “disfruta el viaje” de Ojai a Thousand Oaks aunque sea un “poco aburrido.” Martínez se mantiene “ocupada en clubs y organizaciones en el campus para [sentirse] un poco más conectada.”

Ella también se encuentra mucho tiempo en “el centro de culturas” en el Student Union para poder acoplarse a la escuela.

  Martínez es uno de muchos estudiantes en Cal Lutheran que le gustaría quedarse en los dormitorios para “conectarte con la escuela y [sus] compañeros de clases.”

El estudiante Wilbur Vico también viaja diariamente desde Oxnard. Para Vico se le facilita más “[quedarse] con amigos en sus dormitorios” cuando se le hace muy tarde o no tiene ganas de manejar.

Vico también se mantiene ocupado en el centro de compromiso e inclusión cultural cuando no tiene a donde ir. Ahí Vico “[hace] tarea y platica con otros estudiantes” que en algunas ocasiones también son estudiantes que no residen en los dormitorios de la escuela.

Aunque un estudiante se transporte a la universidad no significa que no pueda ser parte de diferentes clubs y organizaciones, de esa manera se pueden involucrar sin tener que quedarse a dormir en la universidad.