Cuatro Mujeres en Cal Lutheran

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Laura Reyes, trabaja en el programa conocido como Upward Bound, actualmente está haciendo su maestría en consejería escolar en Cal Lutheran. Reyes viene de una familia en donde su madre la apoyó en sus estudios, mientras que su padre pensó que se dedicaría “a cortar pelo o hacer uñas.” 

Anna Balana, Reportera

Cuatro mujeres hispanas en la Universidad Luterana de California describen cómo su etnicidad o género influyó en sus experiencias hacia la educación superior. Estas mujeres que ahora son exitosas en su ambiente laboral, enfrentaron desafíos en sus clases, en sus hogares y en sus trabajos. Sin embargo, a pesar de las adversidades continuaron con su educación y salieron adelante. 

Delil Martínez, obtuvo su doctorado en estadísticas en la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, actualmente trabaja en el departamento de matemáticas en Cal Lutheran. Martínez viene de una familia en donde continuar con su educación superior era “lo normal y lo esperado de ella.” Martínez dijo que su experiencia en el Reino Unido fue “muy enriquecedora, pero también tuvo muchos retos” porque “la cultura es muy diferente y las expectativas son distintas.” 

Martínez dijo que ella “notaba… que sus compañeros varones se sentían intimidados.” Incluso, cuando continuó con su posgrado en el Reino Unido “hubo otro tipo de discriminación por ser extranjera.” Cuando Martínez se mudó a los Estados Unidos sintió “la diferencia más fuerte.” 

A pesar de que lleva años viviendo aquí, Martínez dijo “todavía es un proceso de ajuste entender que tu nombre o aspecto te pueden abrir o… cerrar puertas.” Sin embargo, ella está convencida que “su lugar está aquí…” Ella le aconseja a toda las mujeres que actualmente están haciendo su maestría o doctorado que “pueden hacerlo…que no se limiten… y que no se rindan.”

Laura Reyes, trabaja en el programa conocido como Upward Bound, actualmente está haciendo su maestría en consejería escolar en Cal Lutheran. Reyes viene de una familia en donde su madre la apoyó en sus estudios, mientras que su padre pensó que se dedicaría “a cortar pelo o hacer uñas.” 

Reyes inicialmente quería ser abogada y participó en una pasantía en donde los abogados “eran puros hombres y las ayudantes eran mujeres.” Ella se preocupaba porque “eran más hombres y ella era mujer y era Latina.” Después de decidir no continuar con su carrera como abogada, continuó su educación en Cal Lutheran. 

Cuando Reyes estaba haciendo su licenciatura tenía “múltiples trabajos.” En una ocasión, ella se ofreció a limpiar un dormitorio que tenía un hombre de supervisor. Él le dijo “no necesito explicarte que hacer esto está en tu sangre.” Reyes dijo que no sabía a qué se refería, supuso que le dijo eso “porque era mujer,” pero también lo interpretó como “si los latinos estuvieran aquí para limpiar.” 

Elena Jaloma, tiene dos maestrías, una en asesoramiento y orientación y la otra en administración de políticas públicas, actualmente es directora de servicios de apoyo estudiantil. Jaloma es estudiante de primera generación y viene de una familia que no tuvo un rol muy importante en su educación.

Jaloma dijo que cuando va a reuniones nadie pide su opinión y que está en la reunión para que digan que habia una mujer de color, “Me siento como una ficha, me piden que haga cosas no por ser quien soy, sino porque soy latina.” Además dijo, “hay lugar para crecimiento” en Cal Lutheran y en los Estados Unidos. Su consejo para las mujeres hispanas es que sepan que “merecen estar allí como cualquier otra persona.” 

Rafaela Fiore Urizar, posee un doctorado en literatura hispanoamericana, trabaja en el departamento de Español. Fiore Urizar viene de una familia en dónde la educación era importante, pero no para superarse. Fiore Urizar dijo, “me di cuenta que toda la educación que recibí…no era necesariamente para que continuara estudiando si no era para que pudiera tener un buen currículum para casarme bien.”

Uno de los momentos en los que fue tratada diferente por su género fue cuando trabajó en el parlamento latinoamericano, en São Paulo, en donde fue víctima de un abuso de poder de un político. Fiore Urizar dijo que era la traductora de la asamblea cuando un político le agarró y le metió la mano entre las piernas mientras ella estaba traduciendo. Ella dijo, “cuando eres mujer y estás trabajando en estos lugares… existe una mayor propensión a ser víctima de este tipo de depredadores.”

Uno de los desafíos más importantes para Fiore Urizar, en su trayecto educacional, es que “el inglés sea su tercera lengua.” Fiore Urizar dijo, “en mi acento está mi color de piel entonces en el momento en el que yo abro la boca una persona que se dirigía a mi de una cierta manera…yo puedo notar como cambia al darse cuenta que soy latina.” 

Adicionalmente, para Fiore Urizar su carrera es una de sus prioridades. Sin embargo, ella se cuestiona “hasta qué punto tengo yo el derecho de colocar mi profesión por encima de mi vida familiar… esa no es una pregunta que se le suele hacer al hombre pero es una pregunta constante se le hace a la mujer.”